Cuando mi novio trabajaba en la oficina, solía llegar a casa sobre las 4.30, casi las cinco algunos días. Como siempre le esperaba para comer, lo que hacía era dividir la media mañana en dos partes. Es más factible si sabes que no vas comer temprano y te puede ayudar a no sentir tanta hambre a lo largo de la mañana. Además, en jornadas así, si haces dos descansos, se te hace algo menos maratoniano todo. Intenta meter en alguna de ellas algo de proteínas y grasas saludables para que te sacies por más tiempo. Y cuando tengas el plato de comida delante a las 4 y pico, no quieras devorar hasta la porcelana, jaja. Ánimo y a por ellos, guerrera.