Buenos días.
No voy a ver un bajón por el simple motivo de que sé cómo funciona mi cuerpo y eso es todo lo rápido que pierdo peso. Cada 10 días, máximo un 1kg. Si me gusta, bien; si no, también.
Entiendo que, visto desde fuera, no parece tanto, que peco de impaciente (para variar...) y que, como estoy bajando de peso, no debería quejarme. Desde dentro, lo estoy pasando mal algunos días por no poder comer ciertas cosas, que es algo autoimpuesto, pero sigue siendo una condición que pesa mucho mentalmente. He tenido dos o tres semanas horribles, en las que todo me parecía una mierda, con un humor de mil demonios y he seguido hacia adelante. Decidí centrarme en estudiar. Llevo... ¿dos semanas? levantándome temprano para ir al gimnasio a primera hora. La semana pasada ya decidí levantarme a las 6 para estar en el gimnasio a las 7 y llegar a casa antes de las 9 para poder estudiar unas 4 o 5 horas antes de comer. Por la tarde, después de la siesta, que mi novio no la perdona (y a mí me viene bien), sigo estudiando. Es la única forma de ver algo positivo en todo esto y no pensar tanto en la comida. Ya no tengo tantos antojos como al principio, claro. Llega un momento en el que ya sabes lo que hay y da un poco igual. Dejas esas cosas para la comida trampa, que es su lugar. Echando mano de calendario, quiero intentar seguir así hasta que nos vayamos de vacaciones a mediados de agosto. Si hay suerte, constancia y disciplina, calculo que habré perdido unos 10kg y, al fin, podré ver el 5, que parece que no llegará nunca...
Pues eso es todo. En 5 minutos me voy al gimnasio que hoy tengo spinning.
Ah, se me olvidaba. El domingo, el monitor de la clase de spinning nos comentó que hay una máster class (de spinning) de 90 minutos el jueves. Con mis dos ovarios (y aunque para entonces esté con la regla), me la voy a hacer y luego me voy a meter una comida trampa en condiciones. ¿Quién dijo miedo?