Buenas tardes, guerreros.
Paso pronto porque me estoy quedando dormida mientras estudio. Anoche dormí de pena y, claro, a estas horas ya no puedo dar más de mí...
Creo que no me he explicado bien porque, por lo que me decís, no concuerdan vuestras respuestas con mis pensamientos. También es posible que yo ahora vea las cosas más claras. A mí llega un punto en el que me da igual que mi novio coma lo que le dé la gana (el jueves se pidió una pizza y creo que ni os lo conté). También sé que no le puedo quitar de eso, más que nada porque sé que él necesita liberar el estrés de alguna forma y la que tiene ahora mismo es esa. Hay dos problemas: que el mono del azúcar es muy malo y que él sabe que yo lo paso mal con estas cosas. Bien, partiendo de ahí, me sentó peor el hecho en sí de que se fuera a comer un trozo de tarta que el que yo no pudiera comerla. Ya lo dije ayer y lo reitero: fue un golpe bajo. Es como si yo sé que a vosotras no os gusta que escriba en mayúsculas y lo pongo todo en mayúsculas. Es irritante y frustrante, y más teniendo en cuenta el puteo que me había echado antes. Él estaba pagando su bajón con la comida, yo me tuve que hacer cargo de mis emociones sin más. Visto así, está claro que es un paso en mi favor. Con todo, y como sé que no he sido demasiado comprensiva, quizás, por esa falta de azúcar, esta mañana le he pedido perdón y le he traído el desayuno de su cafetería favorita, además de que llevo todo el día agasajándole con lo que pillo por banda. También os pido disculpas a vosotros por haberme portado tan mal estos días (y por los dos trozos de chocolate que llevo sin que aparezcan en mi menú, pero que me he permitido porque he hecho ejercicio, y también cuatro o cinco patatas fritas que he picoteado - demasiado picoteo, lo sé). Os agradezco infinitamente que me hayáis apoyado tanto en estos malos momentos. Me hacía muchísima falta. De verdad, gracias,
@lila87,
@Marygordis,
@Luis78ESP y
@Olga25. Creo que me hubiera rendido de no ser por vuestro apoyo. Pero, a pesar del picoteo, aquí seguimos, al pie del cañón y con tan solo tres días para acabar el reto.
@lila87, ya el 6, sí, pero quedan muchos por bajar (unos 14 o 16, dependiendo de cómo lo vea). Con paciencia, claro está, pero siempre hacia adelante.
@Marygordis, se me olvidaba comentarte una cosa sobre los dulces. Aparte de que sea por el azúcar lo de los bajones (que, en principio, es normal, porque afecta muchísimo), también creo que es por el tiempo libre. En el momento en que no tengo nada que hacer y mi novio está igual, nos da el bajón y ya está. Puedo estar hartándome a comer, puedo hacer dieta a tope, puedo estar en una media tinta, pero como esté sin plan, llega la hecatombe. Visto esto, ya tengo pensado crear una rutina para los sábados: paseo por la mañana por la playa, película por la tarde y, por la noche, si hay ganas, dar otro paseo con mi nene y, si no, ver alguna cosilla. También he pensado en leer para tapar huecos sueltos o intentar escribir algo, que tengo mi blog terriblemente abandonado. Barajo ciertas opciones, pero las tengo que comentar con mi novio para ponernos de acuerdo.
Bueno, pues vamos con el resumen del día. Aparte de la mala noche que he pasado (ayer me tomé un té verde demasiado tarde y no tenía ni sueño ni ganas de dormir y acabé dando mil vueltas en la cama), he tenido un día bastante activo. A primera hora me ha tocado ir a sacarme sangre para el análisis que pedí la semana pasada al médico. Cuando vuelva de las vacaciones iré a por los resultados. Quería comprarle un trozo de tarta a mi nene a modo de disculpa, pero el sitio estaba cerrado, así que he ido a otra cafetería y le he traído un café, una galleta enorme y un muffin. He desayunado mi avena y me he ido al Primark a cambiar un par de camisetas por tallas más pequeñas. Ya que estaba, me he comprado un neceser para el gimnasio que estaba rebajado a la mitad de precio. De vuelta, me he pasado por el Aldi a por ensalada para cenar ahora, pechuga de pavo y dos tonterías más para mi nene. He hecho, al fin, las cosas de la casa y me he tomado mi media mañana. Luego he tendido la lavadora que había puesto antes de irme y, después de remolonear un rato, me he puesto a hacer la comida. Hemos comido, me he tomado un café solo (con dos pastillas de stevia) y he fregado los platos. Me he vestido para ir al gimnasio con los chicos, pero se han puesto a programar y, nada, ahí me he quedado, mirando. Hemos hablado del tema, que si no nos apetece, que si hay que darle caña, bla, bla, bla. Al final me he ido a caminar un rato y me he subido el monte Gibralfaro (calculo que habré tardado entre 30-35 minutos, puede que un poco más, pero no estoy segura, solo en la subida). Al llegar abajo, me he ido a dar una vuelta por el Tiger (quería una tacita), pero no he encontrado nada. He pasado a comprarle una bolsa de patatas y una coca cola a mi nene y he acabado comprando unas oreos de menta y otras de fresa, pero para el viaje, tranquilos. Ya de vuelta en casa, me he dado una ducha, he merendado mis fresas y me he puesto a estudiar, pero estoy muy cansada... Me duelen los pies a morir, fuf. En fin, os dejo el menú y os comento una anécdota que me ha pasado en el médico.
Ahí va la anécdota: estaba en el médico con el brazo descubierto para que la enfermera me sacara sangre y me ha dicho 'uh, tú has adelgazado mucho', a lo que le he contestado que no, que había engordado ahora. Me ha dicho que las estrías que tengo (tengo muchas, eso es cierto) se nota que son de haber adelgazado mucho y le he comentado que sí, que llegué a perder 30kg. Al preguntarme cómo lo había hecho, le contesté que comiendo normal y haciendo mucho ejercicio. Y es cierto... Es tan sencillo como eso y, a la vez, tan difícil. Perdí muchísimos kilos haciendo las cosas bien y ahora los tengo de vuelta. Volviendo a casa me he puesto a pensar que es una pena que esté así con lo que yo he sido. Corría, me encantaba la bici, incluso hacía algunos ejercicios de fuerza. Ahora me veo venida a menos. Pero tengo plena confianza en que todo esto está pasando para demostrarme que yo puedo hacer lo que quiera, que tengo la fuerza suficiente en mi interior para conseguirlo y que me voy a esforzar al máximo para lograrlo. Y os digo: si peso 68.5kg el viernes, me pienso portar bien en vacaciones.