Buenas noches, guerreros.
@Olga25, realmente, como estoy perdiendo peso, sigo haciendo mi ejercicio y lo demás lo controlo (por no hablar de las comidas que me salto), sigamos que se me va la pinza. El problema está, también, en que solemos salir de paseo antes de que me ponga a cenar y, claro, ahí la tentación es más fácil, sobre todo aquí en el centro que hay mil millones de restaurantes. Pero, bueno, hay que atajarlo y ya está.
@lila87, lo mío me cuesta el entrenamiento. Hoy tienes las cosas muy claras o no haces nada, vosotros habéis visto eso conmigo. Me acabas de dejar planchada con las zancadas porque hice 50 con cada pierna (eso, que yo sepa, son 100 repeticiones, pero, bueno, preguntaré a Tarrako). Así que me ganas. Eso sí, agujetas tengo hoy para dar y regalar y no se irán hasta el sábado casi seguro... Lo de las salidas, a ver, normalmente acabamos comiendo porque mi nene tiene estrés y yo acabo pensando en que tengo que disfrutar. El problema viene cuando me descontrolo. El año pasado, justo por estas mismas fechas, estaba en 59.9kg. Lo justo para ver el 5. Pero lo estaba pasando tan mal con la dieta que acabé mandando todo a la mierda. Este año tengo casi cuatro kilos más y no me puedo permitir esas idas de olla porque me pueden costar caro (subí 12kg en unos seis meses, no lo olvidemos, y no he conseguido quitarme nada hasta abril). No nos solemos sentar en una terraza ni nada por el estilo. Eso no me preocupa. Si salgo en ese plan con una amiga, por ejemplo, me pido un té verde o una coca cola zero y ya está. De hecho, el martes de la semana pasada, aunque me tomé el batido en el Burger King, luego nos sentamos en un bar, me pedí mi coca cola zero y nos pusieron de tapa medio bocadillo de jamón york y queso (medio campero, realmente, para el que sea andaluz, que me entenderá) con unas patatas fritas de bolsa y le dije a mi amiga que se lo comiera que yo no iba a tocar mi parte (aunque por la noche me cené un sándwich). Entiendo que esto de saltarme la dieta me pasa por dos cosas, que me acabo aburriendo de comer siempre lo mismo y que no disfruto de la comida trampa fuera de casa porque no abarco todos los frentes que mi cabeza necesita (léase, en este caso, chocolate). No las voy a planear, las voy a eliminar, y si mi nene quiere pedir, que pida, pero yo me tengo que comer mi comida y punto. Puede sonar muy estricto, pero solo con disciplina se llega a la meta. Y lo de las cosas en casa, bueno, ahora mismo picoteo algunas regañás (con como los piquitos, pero en forma cuadrada) que compré en Aldi el lunes y están de vicio. Las acabo de cambiar de sitio porque cada vez que las veo cae alguna y no puede ser. En tema dulces, pues no les echo cuenta. Tengo chocolate desde navidad que me traje de casa porque me salió super bien de precio para ser sin azúcar y yo no sé las tabletas que tendré, pero tengo una caja de galletas como a dos tercios. También tengo unos mini helados bombón de chocolate con menta que estoy pensando en tirar porque me está ocupando espacio en el congelador desde hace un mes y pico. Es decir, con las cosas que tengo en casa no tengo ningún problema. Sé cual es el camino y lo sigo muy bien, el desmadre viene de fuera y de no disfrutar bien ciertas comidas.
@montuiri, te voy a ser muy sincera: es la primera vez que mantengo una pérdida tan buena y prolongada. Me quedan muchos kilos por perder todavía (casi 10kg, y podría quitarme 12 o 13, incluso, porque yo soy bastante más bajita que vosotras) y por eso sigo perdiendo bien. Que he hecho más comidas de la cuenta, claro, pero me pego cerca de una hora y media o dos horas de lunes a viernes en el gimnasio con un entrenamiento muy duro, que, aunque me estoy saltando mis dos sesiones de 90 minutos de cardio del fin de semana, salgo a caminar más de una hora todos los días y me suelo hacer entre 9 y 12km en total al día. En otras palabras, me meto mucho ejercicio en el cuerpo y, aunque le eche comida, la quemo bien quemada, por no hablar de las comidas que me salto y algún que otro ayuno de 14-18h. No es fácil, nadie dijo que lo fuera, mi esfuerzo y mi sacrificio estoy haciendo (yo no puedo comerme esas maravillosas tortitas de avena que podéis comer vosotros porque sigo una dieta bastante estricta en ese sentido - mi desayuno es el mismo desde hace más de dos meses - y no entran en ella) para conseguir bajar tanto en tan poco tiempo. Pero quien algo quiere, algo le cuesta y yo pago mi esfuerzo para poder estar como estoy. Ojo, que no lo digo de malas, jaja, simplemente te digo que detrás de todo eso hay muchísimo trabajo que cuesta hacer día a día.
Me exijo porque es mi deber exigirme si quiero llegar a alcanzar un objetivo. No me martiriza comerme un perrito un día. Me preocupa que se convierte en algo recurrente. Este mes las cosas han ido como han ido y entiendo que tengo que ser flexible (y lo soy), pero entiendo que tengo un camino a seguir y que cuanto más me desvíe, más tardaré en llegar al final y son demasiados años en el tira y afloja (en febrero de 2010 yo pesaba 84.4kg, desde entonces estoy con el efecto yo-yo que bajo y subo, cosa que se acentuó gravemente el año pasado y los primeros meses de este año, que alcancé los 72kg, pero en noviembre de 2013 yo pesaba 53kg y quiero volver a eso). Me lo puedo tomar con más o menos calma, pero sé que todo requiere de tiempo y hay que emplear más cuando no se hacen las cosas como se deben.
Entiendo lo que has querido decir con lo de tu marido. Unas veces cede uno y otras, el otro. Es la única forma de hacer las cosas de forma equilibrada.
@Luis78ESP, me has entendido perfectamente, sí, señor. Ya le he explicado a Lila el problema de salir fuera. Mi nene no va buscando lo sano y cuando yo caigo, hay días que intento minimizar daños, como ayer (no me pedí patatas fritas ni me pasé demasiado, no me martiriza eso), y otros hago caso a lo que me pide el cuerpo (el viernes cayó una hamburguesa porque el cuerpo me pedía carne). Pero quiero evitar eso, comer fuera. Como bien dices, es una cuestión de mentalización. El mes pasado hice la mitad de comidas porque tenía claras las cosas y un compañero. Ahora viajo sola y mi compañero está haciendo un poco lo que quiere. Cuanta más tentación, más difícil. No le echo la culpa, por supuesto que no, él es libre de hacer lo que quiera y yo también, cosa que estoy demostrando (por ejemplo, el sábado me marqué un ayuno por la noche mientras él comía hamburguesa, perrito y patatas fritas). Tampoco es que me llame mucho lo que él come algunas veces. Si fuera fanático del dulce, lo mataba, pero esas cosas no me van demasiado, aunque caigo, con todo. Supongo que tengo que coger las riendas y mentalizarme de esa única comida. Así la disfrutaré más y comeré justo lo que quiero.
Bueno, me he extendido mucho más de lo que pensaba, sinceramente. Cosas que pasan cuando una tiene un poco de tiempo. Llevo tres días muy similares: me levanto tarde, desayuno, recojo la casa, voy al gimnasio, como, nos echamos un rato sin dormir, hago cosillas en el ordenador, damos un paseo y ceno o me salto la cena, depende del día y del ánimo. Hoy ha caído un batido de proteínas porque no tenía ganas de nada, más por obligación que por hambre (hubiera ayunado, pero tengo demasiadas agujetas y necesito proteínas). No tengo mucho que decir. El entrenamiento, aunque duro, va bastante bien. La comida hoy también. Para merendar me he preparado un helado de plátano y arándanos (congelas la fruta, la pasas por la batido con un chorrito de leche y listo) que me ha sabido a gloria. Mañana caerá otro casi seguro. También me toca ir mañana a hacer la compra, a ver si consigo levantarme antes de las 11h... En fin, veremos. Ah, me he dado cuenta de que últimamente bebo menos agua de lo habitual. No sé si será porque he dejado de tomar infusiones, porque no apetecen nada con el calor, o qué, pero tengo que subir los líquidos porque puedo estar reteniendo por culpa del calor. Iré buscando alguna solución al problema... Os dejo menú y entrenamiento.