Buenos días, guerreros.
@montuiri, bueno, eso de que me gusta mi trabajo... La parte que estaba haciendo ahora sí me gusta, pero no tengo ni idea de cómo me va a afectar el nuevo puesto, cuáles van a ser mis funciones y todo eso. Además, es un departamento completamente distinto a lo que a mí me gusta, a lo que he estudiado y a lo que estoy acostumbrada. Es un giro de 180º. Y eso puede ser bueno o puede ser malo, no lo sabemos. Es uno de mis estresores ahora mismo. No me gusta la incertidumbre y ahora mismo no puedo elegir nada.
Tengo dos días de pescado en semana, generalmente el sábado y el jueves (mis semanas empiezan los sábados). Esta semana lo cambié al martes porque se me juntaba el salmón, que tiene bastante grasa y calorías, con el peso y no quiero que me afecte. De todas formas, volverá a cambiar cuando adapte la dieta a la nueva rutina. Y tengo que cambiar la cena de anoche, porque al final no me comí el pescado (me lo comeré hoy).
Estoy mentalizada porque estoy en mi zona de confort. Soy consciente de ello. Para mí es muy sencillo hacer las cosas bien si no tengo contacto con el exterior (veáse vida social y laboral). En el momento en el que tengo que hacer frente a otras cosas, ya mi micromundo se tambalea y pierdo el equilibrio (te recuerdo que he engordado 25kg en un año). Así que no sé cómo voy a mantener todo esto, pero sé que tengo que mantenerlo...
@Luis78ESP, a pesar de que haya dicho lo que he dicho, estoy intentando buscar la solución a mis problemas dentro de las circunstancias. De hecho, pienso justo igual que lo que dice la cita de Epicteto que me has puesto. Llevo días comiéndome la cabeza pensando en qué haré cuando vuelva a la normalidad. Eso es lo que está cocinándose en mi cabeza desde hace días debido a la conversación sobre filosofía que hemos estado teniendo la semana pasada, mi inminente vuelta a la oficina y algún vídeo "motivacional" que he visto en YouTube. Necesito que mi rutina me guste, que mi sistema me enamore y que para mí no sea un sacrificio hacer todo lo que hago. Ahí es donde está la clave de todo esto: que lo que hagas te guste tanto que no suponga un problema hacerlo. Y ahí estoy, sigo dándole vueltas a la cabeza para ver cómo puedo sacarle partido a este pequeño experimento de 3 semanas que se me presenta. Porque, lo recuerdo, julio y agosto son meses de jornada intensiva y ya no trabajo por la tarde, así que son solo tres semanas lo que tengo de jornada completa.
Respecto al tema de la dieta, pues es que yo, técnicamente, sí estoy a dieta.
Estoy siguiendo la misma dieta que seguí en 2018, con menos ejercicio ahora mismo, pero la misma comida. Sé que me funciona y puedo perder peso (por lo menos, sé que puedo llegar a los 59kg, que ya es algo), pero el problema viene cuando comienza "mi caos". En el momento en el que dejo de prestarle atención, que me agobio, que me aburro, ahí ya tenemos un problema. Y es una de las cosas que llevo pensando estos días: la manera de controlar eso a largo plazo. La única forma que veo, y de la que siempre soy y seré defensora, es el cambio de hábitos. De nada sirve tirarse dos años a dieta si luego vas a volver a comer mal. En ese punto es en el que yo flaqueo. Dan igual las circunstancias. Si yo veo esto como algo temporal, el problema va a persistir. Así que tengo que encontrar la manera de que me guste lo que hago para poder seguir haciéndolo siempre.
@lila87, pues, si te digo la verdad, me acuerdo mucho de
@daim. Yo la admiraba muchísimo por ser capaz de llevarlo todo para adelante. Vamos, ni te cuento la cantidad de veces que me he acordado de ella en el último año.
Sé que hay cosas que tengo que dejar para otro momento, que tengo que delegar y tal. Para mí, lo más importante en este momento es que mi pareja eche una mano en casa. Yo no puedo pasarme casi 12 horas fuera de casa y ver el fregadero lleno de platos o la cama sin hacer (y esto es literal, muchos días es lo que me he encontrado al llegar a casa). Creo que no cuesta tanto sacar 10 minutos para hacer dos tareas tan básicas y que a mí me alivian un estrés inmenso. Ahora, del dicho al hecho hay un trecho... Por lo demás, pues es que no me queda más remedio que adaptarme y punto. El trabajo va a seguir ahí aunque yo me niege. Así que habrá que organizarse y hacer las cosas lo mejor posible.
Y después de la chapa que os he dado, voy a ver si trabajo un poquito.
¡Feliz miércoles, guerreros!