Buenas noches, guerreros.
@Luis78ESP, pues no me esperaba bajar tanto, pero ha sido toda una alegría. Ayer se me juntó el madrugón con el cansancio de toda la semana y ni caí en la cuenta. Gracias, Luis.
@daim, gracias. Pues normalmente, hay dos opciones: venirme con un compañero o en autobús. Si me vengo con mi compañero, tardo una media hora, más o menos. Si me vengo en bus, tardo una hora y algo, dependiendo del tráfico. Estamos hablando de que mi oficina está a unos 10-12km de mi casa. Casi habría tardado lo mismo yendo andando. El problema esta vez ha sido que han quitado autobuses. Están espaciados casi una hora y el que yo solía coger, el de las 14.25, lo han quitado. Pero, en fin, qué le vamos a hacer. Mi compi me va a hacer un ocho cuando se vaya de vacaciones, pero la culpa es mía por no tener coche. Mi anterior trabajo estaba a un cuarto de hora andando desde mi casa. Entraba a las 10 de la mañana, así que me daba tiempo a entrenar a primera hora, desayunar, arreglarme e irme a la oficina. Lo malo, que era media jornada y tenía un contrato de un año que sabía que no me iban a renovar. El cambio ha sido para bien, pero mi gestión del tiempo (tenía que haberme sacado el carné ya) no lo ha sido y de aquellos polvos, estos lodos.
Yo no soy muy rolera, no os voy a engañar. Jugué un par de partidas de Vampiro la Mascarada en mis años universitarios en Córdoba y como dos o tres años he estado jugando aquí con mi novio a Pathfinder. Sé lo justo y necesario para que no me maten. Ahora estamos con Ánima, que no me gusta mucho, la verdad. Pero, bueno, la partida se hace amena, pasamos un rato con los colega y, que hostias, comemos alguna chuchería también. Lo malo de las partidas es que se alargan mucho en el tiempo. Me explico. Llevamos jugando desde finales de diciembre. Hemos parado con el confinamiento, pero ya hemos vuelto y quedamos todas las semanas un día por la tarde (viernes o sábado). Eso me quita muchísimo tiempo, casi lo tengo milimetrado. Si se me junta con algo más, apaga y vámonos, porque no tengo tiempo para nada... Pero, bueno, también nos da por rachas. A ver lo que nos dura.
Bueno, no tengo mucho que contaros hoy. Por la mañana estuve arreglando la casa. No paré en dos o tres horas. Me puse a hacer los menús para las dos próximas semanas. Esta semana lo tengo más o menos resuelto, el de la siguiente lo tengo planteado para echarle un vistazo cuando toque. Después de comer, me fui a hacer la compra. Vinieron nuestros amigos y hemos estado jugando hasta las 9. Hoy he sido flexible y me he comido una mini magdalena y un regaliz negro. No me gusta quedarme con las ganas de las cosas, al final es mucho peor. Tengo que aprender a ser flexible y creo que estoy en ello (ahora más abajo os pongo una cosita sobre esto). Dos de nuestros colegas se han ido, pero uno se ha quedado a cenar. Hemos pedido por Just Eat. Me he pedido una ensalada enorme con lechuga, tomate, maíz, espárragos, piña, remolacha y un huevo cocido. La he aliñado con vinagre, aceite y sal. Deliciosa. De postre, un poco de mi helado de caramelo alto en proteínas. Y ya está. Os dejo el menú de hoy. A partir de esta semana voy a poner las calorías totales y los macros como hace Lila, aunque no tengo calculado cuál sería el objetivo.
Creo que fue ayer, me salió en los temas sugeridos (en la parte de abajo de la página) uno de mis diarios de hace unos cuantos años y me pareció tan curioso lo que ponía que os lo tengo que enseñar:
Mi objetivo es llevar un estilo de vida saludable, en el que se integren bien el ejercicio y la comida sana para lograr una felicidad más plena. Sé que los resultados estéticos acaban llegando si se mantiene un buen estilo de vida, por lo que, en principio, aunque tengo un objetivo numérico, lo que me importa más es cómo me sienta a lo largo de este camino por adquirir hábitos saludables.
Mi primer pensamiento fue "¿Cómo leches he llegado a un punto como este, en el que lo único que me importa es lo que ponga en la báscula?". Me quedé tan sorprendida que mi cabeza hizo crack. No me puedo creer que mi yo de hace cuatro años tuviera más cordura que mi yo de 2020. Si me lo dicen, no me lo creo. Supongo que es como los ejemplos que me ponía esta semana
@daim, que he ido subiendo y bajando y eso me ha afectado a mi modo de ver las cosas. Pero yo sé que ese mensaje que os he puesto, que esas ideas que plasmo ahí, es lo que más deseo. Quiero poder alcanzar una felicidad plena gracias a tener un estilo de vida saludable. Quiero disfrutar de días como hoy sabiendo que mañana todo será igual, que no habrá problema. Para eso solo hay que ser paciente y disciplinado. Tengo que aprender a comer bien, a integrar el ejercicio en mi día a día y a no tomarme las cosas demasiado a pecho. Que si algo no va como yo espero, no pasa nada. Que las emociones no se cubren con comida. Y que estamos aquí para disfrutar de la vida. Hay que dejarse de tonterías, plantar los pies en el suelo y pensar con la cabeza. Porque vida solo hay una y no podemos estar amargándonos con dietas hiperrestrictivas y dándonos atracones. Hay que ver un poco más allá del apretón del momento e intentar ver que las consecuencias de eso no nos harán felices. Y poco a poco se abrirá el camino que nos conduzca a la plenitud.
Me ha quedado todo muy místico, pero creo que me entendéis.
¿Qué os parece? ¿Qué me decís de esta reflexión?
Feliz domingo, guerreros.