Chicas esta receta de daim funciona. Por qué no las colgais en el hilo de recetas?
Lo de cocinar todos los dias es un rollo la verdad
Me lo apunto para cuando haga alguna cosa reseñable. El flan lo pondré cuando lo pruebe, si Daim no lo pone, por supuesto.
Montuiri, veo que esta semana ha habido problemas con el tema azúcar. Me ha parecido curioso lo de comparar el fumar con esto. Hay estudios que dicen que el azúcar es más adictivo que la cocaina. Eso es un problema tremendo para la salud pública porque la mayor parte de los productos llevan azúcares añadidos... No te descubro nada nuevo. Solo tienes que coger cualquier cosa que tengas por casa y leer la etiqueta. Si tiene algún ingrediente raro, tipo maltodextrina, dextrosa, almidón modificado de maíz, fructosa, jarabe de x (maíz, fruta, glucosa...) o similares, es sinónimo de una misma cosa: AZÚCAR. Y te lo digo ya para que no caiga en la trampa: el azúcar moreno, la panela y el sirope de ágave NO SON SANOS, siguen siendo azúcar. Y por mucho que la mona se vista de seda, mona se queda. Que te quieres quitar del azúcar, intenta probar la stevia (la de mercadona líquida te sirve y creo que en pastillas también). No te voy a recomendar edulcorantes artificiales porque dicen que no son buenos. Yo, sinceramente, los uso. He probado la stevia y a mí no me va. Así que ahí cada uno tira por donde más le gusta, está claro, o hace un esfuerzo por salud. También te digo que dejar el azúcar o disminuir mucho la ingesta provoca cierto malestar físico (dolores de cabeza y náuseas, por ejemplo). Si quieres sustituir el azúcar refinado por algo más sano, come fruta. Un truco para cuando tienes mucho mono de azúcar es comer fruta deshidratada. Ciruelas pasas, uvas pasas, dátiles, son algunos ejemplos. A mí me flipan los dátiles, pero los buenos, unos que hay que son enormes. Eso, te comes un dátil y es como azúcar en vena. Obviamente, no puedes abusar de este tipo de cosas, pero es una buena opción para cuando quieres comerte el bote de nutella.
Respecto al hambre, ¿has probado a aumentar las proteínas? Ya sé que no haces conteo de macronutrientes, pero esto es muy sencillo. Si estás tomando poca proteína, es fácil que tengas hambre, sobre todo si tiras de azúcares y carbohidratos refinados (pan blanco, cereales refinados, harinas...). Esto tiene que ver con la glucosa en sangre, que lo explica muy bien el libro de Mary, aunque a mí no me guste. Cuando comes eso, tienes un pico de glucosa. Para que no te dé un chungo, el páncreas segrega insulina y baja el nivel de glucosa en sangre. Y al bajar el nivel de glucosa, tu cuerpo te pide más azúcar, por lo que vuelves a tener hambre. Y así podemos estar forever and ever. Una forma de saciarte es aumentar el consumo de proteínas, sobre todo si son de digestión lenta, como los lácteos (queso quark o queso fresco batido, por ejemplo). Las claras que te ha propuesto Daim son otra buenísima opción. Tienes que buscar siempre el aumento de proteínas en la dieta. Comer verduras es necesario, pero si no metes una buena cantidad de proteína de calidad, el hambre estará al acecho en cualquier momento. Come siempre alguna proteína en tus comidas, ya sea en forma de carne, pescado, huevos o lácteos. Estoy segura de que te encontrarás menos hambrienta.
Ah, y los dos kilos esos... Has perdido 20kg y te quedan dos. Se suele decir que los 5kg últimos son los peores. Ten en cuenta que ahora te concedes ciertas libertades que posiblemente antes no te dabas. Eso cuenta. También cuenta que perder peso, a pesar de lo que se dice, es más fácil que mantenerlo, y me voy a explicar (hoy te vas a hartar de mí). Cuando uno está bajando de peso, sabe que necesita un déficit calórico (lo que te decía Daim del cómputo diario). Empezamos a comer menos, más sano, nos quitamos cosas, nos movemos más. Cuando estamos en mantenimiento, necesitamos tener un equilibrio energético, es decir, gastamos lo mismo que consumimos. Eso es bastante más difícil porque llegamos a un punto en el que podemos acostumbrarnos a comer poco y seguimos perdiendo peso. Pero también pasa lo contrario, que no sabemos calcular cuánto debemos comer para mantener nuestro nuevo peso y es cuando empezamos a darnos más manga ancha y tenemos más posibilidades de subir de peso. Te voy a poner dos ejemplos, el mío y el de Lila, así no nos vamos muy lejos. Yo perdí unos 31kg, más o menos. Pasé de 84.4kg a 53kg. No fue de la noche a la mañana, pero sí que me centré mucho en la pérdida de peso cuando estaba en 65kg, que perdí los 12kg siguientes en unos cuatro meses o así. Yo estaba acostumbrada a comer lo que mi madre me hacía de comer. Controlaba el desayuno, las comidas pequeñas y mañana y tarde y, algunas veces, las cenas. Las comidas de mediodía eran lo que hubiera. Por suerte, mi madre cocina bastante sano y me pude quitar mucho peso de encima. Cuando me mudé a vivir con mi novio, mis hábitos cambiaron por completo, al igual que toda mi vida. Eso hizo que salieramos a comer fuera mucho, que controlara menos la comida en casa, me diera más caprichos... En un mes cogí 3kg. De ahí a los 76kg de enero han pasado 4 años casi. Mis hábitos no son saludables, no lo han sido nunca y es mi lucha pendiente. Hago ejercicio y como sano durante un periodo de tiempo x (dos, tres, cuatro meses...), luego, por algún desencadenante, vuelvo a lo de siempre: dejo de moverme, como fatal, pedimos mucha comida rápida... Y así estoy siempre, efecto yo-yo eterno. Pero es precisamente porque yo soy una persona de extremos, tengo que hacerlo perfecto y, cuando lo hago mal, lo mando todo a la mierda. Eso no es sano. De ahí mi lucha por el cambio de hábitos REAL. En este caso, yo soy un ejemplo de lo que no tienes que hacer, porque no he sabido aprender de la experiencia y no me he mantenido en mi peso objetivo, al cual llegué. Y luego tenemos a Lila que lleva un año en un peso más o menos estable. Aunque ha tenido épocas mejores y peores, no ha recuperado el peso perdido. Ha oscilado, como es lógico, pero no ha subido de los 60kg. Esa es la línea que se ha marcado no traspasar y ahí está, intentando rebajar un poco lo cogido, pero sigue haciendo lo mismo que hacía hace unos meses. No lo hace perfecto, lo hace sostenible, de manera que puede llevar una alimentación sana sin problemas y está incorporando de nuevo el ejercicio a su día a día, ahora más intenso con el gimnasio. Ahí tienes un buen ejemplo de lo que se tiene que hacer. Aunque esos dos kilos estén costando, si sigues manteniendo unos hábitos de vida saludable, se acabarán yendo, tarden más o tarden menos, pero se irán. La constancia y la paciencia son las claves del éxito. Y aunque te puedas permitir ciertas licencias, tenlas en cuenta a la hora de llevar una alimentación sostenible. Porque si lo de hoy es pan para hoy y hambre para mañana, no nos sirve de nada.
Y creo que ya te he dado la chapa suficiente por hoy. Feliz fin de semana.