Buenas noches, guerreros.
Muchas gracias por pasaros,
@Marygordis (pero menos) y
@GEOVANNY.
Bueno, mientras os escribo esto, tengo en mi escritorio un bocadillo de jamón y queso (increíblemente delicioso) y un bol lleno de melón, y suena un poco de jazz. ¿Se puede pedir algo más?
Han sido unos días raros, cuanto menos, jaja, pero me han venido bien. Los he tomado un poco como de descanso de dieta y ejercicio (de hecho, llevo dos semanas sin ir al gimnasio... mañana retomaré). No me preocupa demasiado todo esto porque me siento bien, descansada y relajada, alejada de todo eso que no podía afrontar. Necesitaba quitar de mi cabeza todas las presiones, liberarme un poco y ver las cosas desde otra perspectiva. Ahora que lo tengo más claro, sé qué es lo que voy a hacer las próximas dos semanas. Voy a volver a mi conteo, porque lo veo mucho más factible que los menús cerrados. A mí me sale más rentable poder comerme esta noche un bol con melón y calcular lo que lleva que estar sin verlo meses. Me sale más rentable poder comerme un par de trozos de chocolate aunque tenga que quitarme de otra cosa. Y me sale mucho más rentable tener unas porciones flexibles que comer lo estrictamente planeado. Así que voy a volver a lo que me funciona, a lo que no me produce ansiedad y a lo que tanto éxito me dio en el pasado.
Esto de las dietas ha podido conmigo el último mes y medio. Me he tirado por la borda con
todo casi todo lo conseguido. Me ha provocado ansiedad y depresión (que eso, aunque no lo cuento, está subyacente en todos mis post del último mes). He adquirido hábitos que he perdido con una facilidad pasmosa. He dejado el deporte. He dejado de ser yo. Creo que he llegado a obsesionarme tanto que ya ni siquiera me importaba otra cosa que no fuera la comida, y eso no es sano. Sé que en dos semanas no voy a poder forjar un buen hábito, pero esto también es una prueba para cuando vuelva de vacaciones, así sé más o menos por dónde tengo que tirar en cuestiones varias para sentirme mejor. Por supuesto, os haré caso y controlaré un poco en vacaciones. Creo que cuando te quitas la presión de
estar a dieta, las cosas se ven de otra forma. Sin ir más lejos, en lugar de un vaso de Coca-Cola, como he estado tomando estos días, tengo un vaso de agua para acompañar mi cena. Se puede percibir un cierto cambio ahí.
Y con el deporte estoy igual. Lo he estado haciendo por obligación, sin un objetivo y mucho menos con planificación. De ahí que lleve dos semanas sin pisar el gimnasio y que ya no recuerde cuándo fue la última vez que fui a spinning. Y mirad que me gusta, pero me da pereza ir, me abruma el calor y puedo poner mil millones de excusas diferentes para quedarme en casa. Pero hay una cosa que me lleva rondando la cabeza toda la semana, un poco culpa de
@Swim y un vídeo de Isasaweis, y es ir a correr por las mañanas. Pero solo por el simple hecho de correr, de sentirme libre y de que me suban las endorfinas. Ese subidón a mí me puede muchas veces, jaja. No estoy baja de forma en ese sentido. Hace unas semanas estuve corriendo en el gimnasio y el tiempo se me pasó volando. Ahora quiero volver a eso, a mi playa por la mañana temprano, el sol en el horizonte y yo muriéndome de calor por la actividad. Volver a casa y darme una ducha es un placer de los dioses en ese momento. ¡Y quiero eso! Esa sensación de satisfacción por el trabajo bien hecho, el subidón del deporte y, lo que más me interesa, el buen humor y la energía que se te queda después de un esfuerzo así. ¡Cómo lo necesito!
¿Se nota ya el cambio de rumbo? ¿Se nota el entusiasmo por lo nuevo? ¿Se nota que me siento mejor? No lo sé, espero que sí. Lo importante vendrá mañana, al otro y cada uno de los días que lleve a cabo este pequeño experimento. Creo que es un gran paso hacia un camino nuevo en el que me quiera y me cuide porque me lo merezco, no porque quiera cambiar cosas porque estoy insatisfecha, sino al contrario, que conserve aquello de mí que me gusta y me dirija hacia lo que es bueno para mí. Creo que esta parte no me ha quedado muy bien, pero, en fin, yo me entiendo, jaja.
¡Feliz noche de viernes, guerreros!